Procrastinación: claves y razones de por qué aplazamos el trabajo
Fuente: educ.ar
“No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”. Ya lo dijo Benjamin Franklin, uno de los padres fundadores de la constitución americana que sentenció con este famoso refrán algo muy útil en la práctica, pero muy difícil de cumplir. Las claves de esta difícil hazaña las encontramos en la procrastinación.
Seguramente te has preguntado más de una vez porqué después de planear perfectamente un día de trabajo, al final éste no resulta todo lo productivo que te hubiera gustado. No logras hacer todo aquello que te habías propuesto pese a que las órdenes que te diste a ti mismo en tu cabeza, fueron claras y concisas: aún queda mucho trabajo por hacer.
Te distraes con cualquier cosa, ya sea con móvil, Youtube, Facebook, Twitter, o un pájaro que pasa volando por la ventana. Las horas pasan y te odias a ti mismo por no estar trabajando. Ahora que ya sabemos que procrastinación es la palabra para denominar este fenómeno cotidiano, el siguiente paso recae en hacernos una série de preguntas: ¿Por qué nos sucede esto?, ¿Somos individuos vagos que rechamos el trabajo? o ¿La tentación de hacer caso a los inputs que recibimos del ambiente es más fuerte que nosotros?
Diversos estudios neurocientíficos constatan que el cerebro realmente piensa en realizar el trabajo que nos hemos propuesto. Podríamos decir que nuestro lado más racional del cerebro reclama llevar el timon de la situación y la coordinación de nuestras acciones. Sin embargo, hay una parte de él que prefiere establecerse en un lado donde no existen las preocupaciones, o si existen, decide que será nuestro yo del futuro quien se encargue de resolverlas.
El escritor y bloguero Tim Urban refleja la situación de las mentes procrastinadoras no como casos aislados, si no como una constante que se repite una y otra vez des de que entramos en el instituto hasta el momento de nuestra tesis doctoral. Y no solo ahí, también aparece en pequeños trabajos de nuestra vida más cotidiana.
En su TED Talk, Urban explica que la razón de dejar pasar el trabajo al día después se halla en que una parte del cerebro prefiere jugar en un “patio oscuro”, disfrutar y divertirse en lugar de trabajar.
Según la visión de Urban, esta situación se podría ilustrar con la figura de un simio sin adiestrar, completamente alocado que nos presiona hasta que él mismo toma el timón de nuestras acciones y nos hace creer que ya tendremos tiempo para lo otro más tarde.
Los factores de distracción son muy diversos, sin embargo podemos determinar que se centran especialmente en el uso desmesurado de las redes sociales, la distracción que produce el móvil, videos a la carta en Internet y otros placeres completamente irrelevantes como tomar un tentempié.
Ilustración 2. www.taringa.net
Así, la procrastinación se sintetiza en la idea equivocada que hay sobre el ocio. Esto no es tiempo libre, ya que lo que en realidad hacemos es evitar trabajar. Las personas tienen tiempo libre cuando no tienen tareas que realizar; el ocio, en cambio, se busca. Sin embargo, nuestro cerebro no lo interpreta así y se confunde sin saberlo.
Pese a quien le pese, lo cierto es que la figura del simio es solo una alegoría para reflejar cómo es la naturaleza humana. Aunque todos tengamos la sensación de procrastinar de vez en cuando (hay que admitirlo) algunos lo hacen más que otros. Por eso es tan importante, en primer lugar, hacer aquello que de verdad nos guste, nos apasione y nos mantenga entretenidos; y segundo, tener fuerza de voluntad para saber decir basta o, todo lo contrario: que no nos sintamos culpables cada vez que caemos en el pozo del ocio y entretenimiento.
Ciertamente, no hay nada de malo en el ocio, si este está justificado. Pero la dilación – entendida como el procesos de esperar hasta el último momento justo cuando el límite está muy cerca – no tiene ningún sentido. El arrepentimiento por no haber realizado algo en el tiempo que se disponía es lo peor que puede pasar, ya que causa estrés y fatiga que son innecesarias y además disminuye nuestra calidad de vida.
Ahora que este articulo finaliza quizás tengas la sensación de no estar haciendo lo que toca. Habrás entrado en esta web y sin malicia ninguna te habrás entretenido leyendo este escrito. No te tormentes por ello. Seguro que tu yo del futuro te lo agradecerá ahora que sabes que se trata de algo llamado procrastinación.
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