EL TALAMO

Tálamo: anatomía, estructuras y funciones
Imagen: Wikimedia
Adrián Triglia Adrián TrigliaPsicólogo, publicista y escritor | Jefe de contenidos de Psicología y Mente
El tálamo es una de las partes del cerebro más importantes. No solo es una de las estructuras encefálicas más grandes, sino que además está situado en pleno centro del encéfalo, tal y como refleja su nombre, que viene de la palabra griega thalamos (o "cámara interna").
Al ocupar tanto y estar tan bien comunicado con el resto de partes del cerebro, el tálamo interviene en una gran cantidad de procesos mentales que dan forma a nuestra manera de percibir las cosas y de actuar sobre el entorno que nos rodea... incluso aunque no nos demos cuenta de ello.

¿Qué es el tálamo?

El tálamo es, básicamente, un conjunto de sustancia gris (cuerpos de neuronas) formado por dos estructuras encefálicas con forma de huevo que se encuentran por debajo de la corteza cerebral. Estas estructuras están situadas la una junto a la otra, y además de tener la misma forma y tamaño guardan una disposición simétrica, al igual que los dos hemisferios cerebrales que las cubren. Se comunican entre ellas a través de una especie de puente que las mantiene unidas y que es llamado conexión intertalámica.
El tálamo forma parte de una zona llamada diencéfalo. El diencéfalo está situado entre la corteza cerebral (y todos los lóbulos del cerebro) y la parte superior del tronco del encéfalo. A su vez, el diencéfalo está compuesto, por el tálamo, el hipotálamo (situado justo debajo del primero) y algunas otras estructuras más pequeñas.
Además, el tálamo tiene una forma simétrica y al estar situado justo debajo del espacio que separa los dos hemisferios cerebrales, tiene salida a los dos lados del encéfalo. Para ver el modo en el que se interconecta con estas partes, podemos echar un vistazo a las estructuras del tálamo y a los tipos de neuronas que hay en este.

Las estructuras del tálamo

El tálamo es, básicamente, un amontonamiento de cuerpos de neuronas, es decir, una estructura de materia gris, al igual que la corteza cerebral. Pero dentro de este conjunto de grupos neuronales se pueden distinguir una serie de núcleos del tálamo:
  • Núcleos de conexión específica. Estos mandan información sensorial a zonas concretas de la corteza cerebral que están especializadas en trabajar con ese tipo concreto de datos provenientes de un sentido específico.
  • Núcleos de conexión inespecífica. Mandan información a zonas muy amplias de la corteza cerebral, sin discriminar por especializaciones.
  • Núcleos de asociación. Forman parte de un circuito de información que comunica la corteza cerebral con estructuras subcorticales.

Las neuronas del tálamo

El tálamo está compuesto por muchas otras subestructuras especializadas, pero todas ellas son, al fin y al cabo, neuronas y células gliales. Como cualquier otra parte del cerebro, el tálamo solo tiene razón de ser si está conectado a otras zonas del sistema nervioso, y esto queda reflejado en el tipo de neuronas que lo componen.
Desde el punto de vista funcional, las clases de neuronas del tálamo son las siguientes:
  • Interneuronas locales. Estas células nerviosas se encargan básicamente de hacer que la información que llegue desde otras partes del sistema nervioso se procese en el tálamo, transformándola en una nueva serie de datos. Por lo tanto, su función principal es enviar impulsos nerviosos a otras interneuronas del tálamo. Suponen aproximadamente el 25% de las neuronas del tálamo.
  • Neuronas de proyección. Estas células nerviosas se encargan de mandar información fuera del tálamo, hacia la corteza cerebral. Son el 75% de las neuronas talámicas.

Las funciones del tálamo

Hemos visto que el tálamo está muy bien comunicado, pero su papel no es el de ser un simple puente de comunicación entre partes del cerebro relevantes. El tálamo en sí mismo es una estructura que juega un papel activo en el procesamiento de la información que le llega desde otras áreas. Pero... ¿cuáles son las funciones que desempeña esta estructura encefálica?

1. Integración de los datos sensoriales

La función del tálamo más conocida y estudiada es la de ser una de las primeras paradas en el cerebro para la información que nos llega a través de los sentidos, con la excepción del olfato. El tálamo procesa esta información sensorial, descarta las partes que no sean demasiado importantes y manda el resultado final hacia la corteza del cerebro, donde esta información seguirá siendo procesada.

2. El ciclo sueño-vigilia

El tálamo, al igual que su hermano menor el hipotálamo, interviene a la hora de regular el ritmo con el que la sensación de sueño va y viene. Esta función también está relacionada con la siguiente.

3. La atención y la consciencia

Recientes investigaciones indican que el tálamo podría tener un papel muy importante en la aparición de la consciencia y todo lo que está relacionado con ella. Desde la capacidad de pensar en los propios pensamientos, hasta el uso del lenguaje, pasando por la capacidad de centrar la atención en informaciones concretas según los objetivos que se tengan en cada momento.
Como el tálamo está tan bien conectado con muchas áreas de la corteza a la vez, podría ser capaz de intervenir en la sincronización de la actividad neuronal necesaria para que se mantenga el nivel de consciencia.

4. La regulación de las emociones

El tálamo no solo está conectado con circuitos que llevan información sensorial, sino que también interactúa con vías neuronales que participan directamente en la aparición de estados emocionales. No en vano el tálamo está rodeado por el sistema límbico.
Así pues, el tálamo integra estas dos vías y trabaja juntando estos dos tipos de información, haciendo que las emociones afecten a lo percibido y viceversa. Además, recibe información del hipotálamo, que a su vez interviene directamente en la regulación de las emociones y de la segregación de diferentes tipos de hormonas.

Conclusión

El tálamo es una de las partes del cerebro más grandes y, además, parece tener un rol en multitud de funciones que ni se parecen demasiado ni tienen que ver mucho entre sí en un primer vistazo.
Sin embargo, esto es un reflejo del propio funcionamiento del sistema nervioso, en el que todo el rato, con independencia de si dormimos o estamos despiertos, multitud de procesos se están llevando a cabo en paralelo y a la vez de manera coordinada.

Referencias bibliográficas:

  • Boutros, N. J. (2008). The thalamus. Clinical EEG and Neuroscience, Vol.39(1), p.IV
  • Perea-Bartolomé. M. V. y Ladera-Fernández, V. (2004). El tálamo: aspectos neurofuncionales. Revista de neurología, 38(7), pp. 697 - 693.
  • Sherman, S. (2006). "Thalamus". Scholarpedia1 (9): 1583.

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