Todos en algún momento de nuestras vidas nos hemos visto atormentados por el hecho de tener que tomar una decisión complicada, la cual nos genera altos niveles de angustia e incertidumbre. Ahora imaginemos que esta sensación nos acompaña constantemente, en todas y cada una de las actividades que realizamos.
Este malestar es el que se experimenta con la aboulomanía, un desorden mental muy poco frecuente en cual la persona se siente incapaz de tomar ningún tipo de decisión, por sencilla que sea, y que además se acompaña de pensamientos obsesivos en torno a estas decisiones.
La aboulomanía consiste en un extraño desorden mental que afecta a la voluntad de la persona, debilitándola y generando una sensación de indecisión constante y patológica. Como consecuencia, la persona se siente absolutamente incapaz de tomar ningún tipo de decisión, ni tan solo en las actividades que realiza a lo largo del día a día.
Además, este trastorno està altamente relacionado con patologías como la ansiedad, el estrés, la depresión y las sensaciones de angustia; por lo que además, interfiere enormemente en la capacidad del la persona para iniciar y mantener interacciones sociales. Llegando a, en los casos más severos, a provocar el suicidio de la persona.
A pesar de que los sentimientos de duda, indecisión o incertidumbre no suelen ser anormales cuando se experimentan puntualmente y con un grado normal de intensidad, en los casos de aboulomanía estos sentimientos se convierten en obsesiones que generan unos altos niveles de angustia en la persona que las padece puesto que, además, estas dudas inundan absolutamente todos los contextos y actividades del paciente.
Por lo tanto, a la hora de tomar una decisión, independientemente de la trascendencia de esta, la persona con aboulomanía siente la necesidad de reevaluar constantemente sus decisiones, las cuales tiende a calificar de manera negativa. Como consecuencia, esta incertidumbre y sobre-análisis negativo de las situaciones termina por convertirse en un cuadro típico de los trastornos obsesivos.
La abulia es otro desorden relacionado con la voluntad y motivación, parecido a la aboulomanía, en el que la persona también experimenta una disminución de la motivación, de la energía y de la voluntad con la principal diferencia de que en este caso estas sensaciones no se convierten en una obsesión para el paciente; el cual actúa de manera casi automática, como por inercia.
A diferencia de la abulia, en la aboulomanía esta incapacidad para tomar decisiones se convierte en obsesiva, y genera pensamientos recurrentes e intrusivos en la persona, que es incapaz de evitar la rumiación constante de estos.
El principal síntoma que experimenta una persona con aboulomanía, es tal y como se ha mencionado anteriormente, una incapacidad total para tomar ningún tipo de decisión. Esta incapacidad es constante y contínua, y se extiende a todos los ámbitos de la vida de la persona.
Además, esta incertidumbre genera unos niveles de angustia y ansiedad muy altos, puesto que en muchas ocasiones la persona se mantiene en una situación perjudicial o desagradable para ella solamente por el hecho de que no es capaz de decidir si se queda en dicha situación o no.
Las rumiaciones, pensamientos recurrentes e ideas obsesivas con las decisiones que debe tomar son otros de los síntomas que pertenecen a un cuadro clínico de aboulomanía. De la misma manera, al igual que este desorden presenta síntomas emocionales y cognitivos, también pueden aparecer una serie de síntomas conductuales como:
Por el momento, no se ha conseguido determinar con exactitud la causa de la aboulomanía. No obstante, se hipotetiza que factores relacionados con el desarrollo psicológico de la persona, unidos a factores biológicos pueden desencadenar este tipo de trastorno de la voluntad.
En cuanto a la raíz orgánica de la aboulomanía, se especula una posible implicación de la corteza prefrontal. El motivo es que dicha zona cerebral está directamente asociada la toma de decisiones conscientes.
Algunos estudios apuntan hacia la idea de que esta base orgánica, unida a ciertos estilos de crianza autoritarios o sobreprotectores pueden ejercer un papel muy importante en el desarrollo de este desorden.
Los investigadores teorizan que los estilos de crianza en los que predomina la sobreprotección y los comportamientos intrusivos por parte de los progenitores pueden incentivar la dependencia del niño, por lo que si el pequeño posee una susceptibilidad orgánica serà bastante probable que desarrolle un trastorno de la voluntad como la aboulomanía.
No obstante, estos investigadores tratan este tema con mucha cautela, especificando que la persona debe de pasar por otras muchas experiencias negativas para que aparezca este desorden. Estas experiencias pueden incluir desde abandonos o rupturas muy traumáticas hasta situaciones en la que la persona se ha sentido humillada o avergonzado públicamente. Además, también pueden generar numerosas dudas y una gran incertidumbre en la persona, la cual no se ve capaz de realizar ningún tipo de actividad correctamente, así como tampoco se encuentra capacitada para asumir responsabilidades o para llevar una vida independiente.
El primera paso en el diagnóstico de la aboulomanía es el de descartar por completo que exista una base orgánica que lo produzca. Para ello el profesional médico deberá realizar toda clase de pruebas y exámenes físicos, así como un historial médico completo.
Una vez eliminada la posibilidad de que exista un daño orgánico a nivel cerebral o neurológico, el paciente deberá ser derivado a una especialista en salud mental. A continuación, el psicólogo o psiquiatra que se encargue del caso deberá realizar una historia clínica completa del paciente. Con esta finalidad el profesional de la salud puede servirse de las siguientes pruebas diagnósticas:
Por regla general, el número de personas que sufren aboulomanía que deciden buscar ayuda o tratamiento es muy reducido. No obstante, debido a los síntomas relacionados con la ansiedad y la depresión que acompañan a este trastorno, ciertos pacientes acaban por solicitar algún tipo de asistencia psicológica.
Si el experto en salud mental consigue sacar a la luz el problema de aboulomanía, se puede llevar a cabo un tratamiento sintomático para los problemas de ansiedad o depresión unido a un entrenamiento en habilidades que faciliten el desarrollo de la autonomía de la persona.
El entrenamiento en técnicas de asertividad y en habilidades sociales puede ser muy efectivo a la hora de disminuir los síntomas de la aboulomanía, así como para ayudar a la persona a establecer relaciones personales sanas con otras personas.
Este malestar es el que se experimenta con la aboulomanía, un desorden mental muy poco frecuente en cual la persona se siente incapaz de tomar ningún tipo de decisión, por sencilla que sea, y que además se acompaña de pensamientos obsesivos en torno a estas decisiones.
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¿Qué es la aboulomanía?
La aboulomanía consiste en un extraño desorden mental que afecta a la voluntad de la persona, debilitándola y generando una sensación de indecisión constante y patológica. Como consecuencia, la persona se siente absolutamente incapaz de tomar ningún tipo de decisión, ni tan solo en las actividades que realiza a lo largo del día a día.
Además, este trastorno està altamente relacionado con patologías como la ansiedad, el estrés, la depresión y las sensaciones de angustia; por lo que además, interfiere enormemente en la capacidad del la persona para iniciar y mantener interacciones sociales. Llegando a, en los casos más severos, a provocar el suicidio de la persona.
A pesar de que los sentimientos de duda, indecisión o incertidumbre no suelen ser anormales cuando se experimentan puntualmente y con un grado normal de intensidad, en los casos de aboulomanía estos sentimientos se convierten en obsesiones que generan unos altos niveles de angustia en la persona que las padece puesto que, además, estas dudas inundan absolutamente todos los contextos y actividades del paciente.
Por lo tanto, a la hora de tomar una decisión, independientemente de la trascendencia de esta, la persona con aboulomanía siente la necesidad de reevaluar constantemente sus decisiones, las cuales tiende a calificar de manera negativa. Como consecuencia, esta incertidumbre y sobre-análisis negativo de las situaciones termina por convertirse en un cuadro típico de los trastornos obsesivos.
Aboulomania y abulia: diferencias
La abulia es otro desorden relacionado con la voluntad y motivación, parecido a la aboulomanía, en el que la persona también experimenta una disminución de la motivación, de la energía y de la voluntad con la principal diferencia de que en este caso estas sensaciones no se convierten en una obsesión para el paciente; el cual actúa de manera casi automática, como por inercia.
A diferencia de la abulia, en la aboulomanía esta incapacidad para tomar decisiones se convierte en obsesiva, y genera pensamientos recurrentes e intrusivos en la persona, que es incapaz de evitar la rumiación constante de estos.
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¿Qué síntomas presenta?
El principal síntoma que experimenta una persona con aboulomanía, es tal y como se ha mencionado anteriormente, una incapacidad total para tomar ningún tipo de decisión. Esta incapacidad es constante y contínua, y se extiende a todos los ámbitos de la vida de la persona.
Además, esta incertidumbre genera unos niveles de angustia y ansiedad muy altos, puesto que en muchas ocasiones la persona se mantiene en una situación perjudicial o desagradable para ella solamente por el hecho de que no es capaz de decidir si se queda en dicha situación o no.
Las rumiaciones, pensamientos recurrentes e ideas obsesivas con las decisiones que debe tomar son otros de los síntomas que pertenecen a un cuadro clínico de aboulomanía. De la misma manera, al igual que este desorden presenta síntomas emocionales y cognitivos, también pueden aparecer una serie de síntomas conductuales como:
- Evitación de las responsabilidades personales.
- La persona evita por todos los medios estar solo.
- Actitud pasiva en las relaciones íntimas o de pareja.
- Evitación de la exposición pública por miedo a ser criticado o desaprobado.
- Evitar terminar una relación para no sentirse indefenso.
- Problemas para expresar desacuerdos o desavenencias con otras personas.
¿Cuál es la causa de este desorden?
Por el momento, no se ha conseguido determinar con exactitud la causa de la aboulomanía. No obstante, se hipotetiza que factores relacionados con el desarrollo psicológico de la persona, unidos a factores biológicos pueden desencadenar este tipo de trastorno de la voluntad.
En cuanto a la raíz orgánica de la aboulomanía, se especula una posible implicación de la corteza prefrontal. El motivo es que dicha zona cerebral está directamente asociada la toma de decisiones conscientes.
Algunos estudios apuntan hacia la idea de que esta base orgánica, unida a ciertos estilos de crianza autoritarios o sobreprotectores pueden ejercer un papel muy importante en el desarrollo de este desorden.
Los investigadores teorizan que los estilos de crianza en los que predomina la sobreprotección y los comportamientos intrusivos por parte de los progenitores pueden incentivar la dependencia del niño, por lo que si el pequeño posee una susceptibilidad orgánica serà bastante probable que desarrolle un trastorno de la voluntad como la aboulomanía.
No obstante, estos investigadores tratan este tema con mucha cautela, especificando que la persona debe de pasar por otras muchas experiencias negativas para que aparezca este desorden. Estas experiencias pueden incluir desde abandonos o rupturas muy traumáticas hasta situaciones en la que la persona se ha sentido humillada o avergonzado públicamente. Además, también pueden generar numerosas dudas y una gran incertidumbre en la persona, la cual no se ve capaz de realizar ningún tipo de actividad correctamente, así como tampoco se encuentra capacitada para asumir responsabilidades o para llevar una vida independiente.
¿Cómo se puede diagnosticar?
El primera paso en el diagnóstico de la aboulomanía es el de descartar por completo que exista una base orgánica que lo produzca. Para ello el profesional médico deberá realizar toda clase de pruebas y exámenes físicos, así como un historial médico completo.
Una vez eliminada la posibilidad de que exista un daño orgánico a nivel cerebral o neurológico, el paciente deberá ser derivado a una especialista en salud mental. A continuación, el psicólogo o psiquiatra que se encargue del caso deberá realizar una historia clínica completa del paciente. Con esta finalidad el profesional de la salud puede servirse de las siguientes pruebas diagnósticas:
- Inventario multiaxial clínico de Millon (MCMI-II)
- Inventario multifásico de la personalidad de Minnesota (MMPI-2)
- Prueba de apercepción temática (TAT)
¿Existe un tratamiento?
Por regla general, el número de personas que sufren aboulomanía que deciden buscar ayuda o tratamiento es muy reducido. No obstante, debido a los síntomas relacionados con la ansiedad y la depresión que acompañan a este trastorno, ciertos pacientes acaban por solicitar algún tipo de asistencia psicológica.
Si el experto en salud mental consigue sacar a la luz el problema de aboulomanía, se puede llevar a cabo un tratamiento sintomático para los problemas de ansiedad o depresión unido a un entrenamiento en habilidades que faciliten el desarrollo de la autonomía de la persona.
El entrenamiento en técnicas de asertividad y en habilidades sociales puede ser muy efectivo a la hora de disminuir los síntomas de la aboulomanía, así como para ayudar a la persona a establecer relaciones personales sanas con otras personas.
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