Cómo desintoxicarnos de las redes sociales a través del mindfulness
El aumento de las horas que pasamos frente al móvil, junto con la posibilidad de anonimato que ofrecen algunas redes sociales hace que los casos de aislamiento o cyberbulling, entre otros, hayan proliferado en pocos años. Ciudadanos anónimos y famosos han denunciado casos que han experimentado en primera persona.
El juez dio la razón a la presentadora Sara Solomando cuando denunció por injurias a un tuitero; la periodista de RTVE, Lara Siscar, se ha visto obligada a denunciar por segunda vez el acoso que sufre en las redes sociales. Vogue cerró a finales de enero su foro por los abusos e insultos que había estado recibiendo la influencer Lovely Pepa. Más reciente aún es el caso del coach del programa Cámbiame, Víctor Pelayo, que ha afirmado ser acosado a través de las redes.
Parece que el hecho de estar expuestos socialmente dé vía libre para ser blanco de todo tipo de comentarios, pero eso no puede ser así.
Por supuesto las redes sociales también su lado positivo: nos permiten estar más conectados que antes los unos con los otros. Son herramientas se que se han vuelto casi imprescindibles para muchas personas.
“Lo que sucede y se dice en las redes sociales de nosotros o de otras personas parece afectar a gran parte de nuestra sociedad actual. El hecho de estar mucho más conectados ahora que antes hace que tengamos mucha más interrelación con otras personas, tanto conocidas como desconocidas. El reto al que nos enfrentamos es poner un límite equilibrado que nos permita disfrutar de la era digital sin dejar de lado nuestro presente, nuestra cotidianeidad y sin ser esclavos de un mundo virtual al que le damos gran valor”, apunta Jordi Ferrer, instructor de mindfulness y fundador de la plataforma Crecer Consciente.
En una sociedad cada vez más estresante, de ritmos vertiginosos y cada vez más expuesta en las redes sociales con la presión que ello conlleva, llega un momento en el que parar es una necesidad. “El aumento de los casos de estrés ha llevado a muchas personas gente a buscar herramientas como el mindfulness para afrontarlo de una forma saludable”, señala Ferrer.
“Parece que hayamos perdido el sentido de nuestras vidas. Influenciados en gran medida por tendencias mostradas y seguidas a través de las redes sociales. En consecuencia hemos perdido la conciencia de quiénes somos en realidad”, señala el experto en esta técnica de relajación.
Este aumento del estrés y de la necesidad de estar permanentemente conectados está ligado con el incremento de las horas que pasamos con un dispositivo móvil en la mano. Y es que el último estudio sobre tendencias digitales a nivel global y redes sociales elaborado por las empresas Hootsuite y We Are Social aporta cifras muy llamativas. En España 39,4 millones de personas se conectan a internet. El móvil es el dispositivo más usado para hacerlo. La sociedad vive conectada digitalmente de forma constante y esto a veces puede tener consecuencias negativas.
En el estudio publicado se apuntaba que los españoles pasamos una media de 5 horas al día conectados a internet y1,38 horas conectados a las redes sociales. Unos datos que parecen ir incrementándose con el paso del tiempo.
Mindfulness, un oasis de crecimiento personal en el desierto social
¿Quién no ha publicado un día una foto tomando un maravilloso café en una tarde de sol espléndido rodeado de libros o niños mostrando el ideal de vida?¿Quién no lo ha hecho siendo mentira? ¿Quién no lo ha hecho mientras se ha vuelto loco o loca para lograr que los niños se quedasen quietos el tiempo justo para hacer la foto de postal?
Dice Ferrer que: “En muchos casos volcamos de forma encubierta en las redes sociales aquello que anhelamos en nuestro presente: una familia feliz, una pareja ideal, estar soltero/a es lo mejor, unas vacaciones felices… cuando realmente,detrás de ello, existe un gran vacío o frustración que pretende ser llenado por una vida virtual no existente en sí misma que nos genera malestar, tristeza, enfado y estrés”.
“Se ha notado un incremento de personas que demandan los servicios de crecimiento personal por medio del mindfulness. Buscan incorporar más calma en sus vidas, reducir estrés, equilibrar sus emociones y tener más conciencia sobre todo lo que les ocurre: en cómo se sienten, en sus necesidades reales y en tener más control personal sobre los pensamientos. Comprarse un helado u obtener más reconocimiento en el trabajo no es una necesidad real, por otro lado, cuidarse, descansar o pasar más tiempo con los hijos sí lo es”, comenta el experto. Hay personas que redescubren que pueden vivir a otro ritmo sin volcar sus necesidad de afecto en las redes sociales, aprenden a conocerse mejor aumentando así su nivel de felicidad y bienestar personal.
Si antes se mencionaba el índice de personas conectadas a cualquier app a través de un móvil, Jordi Ferrer muestra ahora otros datos basados en estudios propios: “el nivel de estrés es medio – alto en una encuesta realizada a 1.000 personas a las que se le preguntaba sobre su nivel de estrés y que nunca habían asistido a un curso de mindfulness”.
Los datos cambiaron radicalmente cuando el perfil de encuestados sí había participado en este tipo de formación: el 85% decía sentirse mejor y con una vida más equilibrada tras realizar el curso, mientras que el 92% afirmaban disponer de más herramientas para gestionar el estrés en su día a día.
El conocerse a uno mismo y regular las emociones es un proceso que lleva tiempo, lo que parece toda una contradicción en los tiempos en los que vivimos en los que el “lo quiero para ayer” es la regla que rige el día a día. “Por contradictorio que parezca el auge que vive el mindfulness es precisamente gracias a la rapidez con que las personas experimentan sus beneficios, en muchos casos desde el primer día”, apunta el experto en esta técnica.
4 pautas para vivir el presente y gestionar las redes sociales de forma más equilibrada
“Este proceso de autoconocimiento o ‘desestrés’ puede llegar a ser frustrante si no se hace de la mano de un profesional, pues las resistencias son precisamente las barreras que nos impiden avanzar. Un profesional o curso especializado puede ayudar a disolver o reencaminar dichas barreras”, afirma Ferrer.
Según el experto existen una serie de pautas que facilitan vivir más el presente y encontrar ese control tan ansiado por cada vez más personas. Ferrer ofrece a continuación cuatro propuestas:
1. Evita empezar el día condicionado por los mensajes de las redes sociales o emails. Cuando te levantes por la mañana, date un tiempo antes de consultar tu móvil; espera a asearte y desayunar para hacerlo.
2. Genera espacios de ‘oasis digital’ que equilibren la dependencia y estrés generado por estar constantemente pendiente del móvil. Puedes dejar el móvil en el bolso o en el bolsillo mientras comes, juegas con los hijos, estás con los amigos… se trata de vivir ese momento tal cual está sucediendo.
3. Realiza una parada al día para realizar 5 respiraciones conscientes. Esta pequeña práctica es especialmente recomendada y útil cuando uno se siente desbordado mental o emocionalmente.
4. Al finalizar el día, y con la intención de evitar ir a dormir con la energía generada por los sucesos y comentarios compartidos por las redes sociales o email, decide una hora en la cual poner tu dispositivo en modo avión o sin acceso a datos hasta el día siguiente. Por ejemplo, de 23.00 a 7.00.
El mindfulness ha llegado para quedarse. Según Jordi Ferrer “te da las técnicas esenciales para bajar las revoluciones mentales de una vida frenética que creemos controlar, pero la vida en sí misma es incontrolable, es una batalla perdida si la enfocamos desde ahí. Es por este motivo que el mindfulness y sus técnicas nos facilitan no darle tanto espacio a lo mental y su necesidad de controlar”.
Se trata de crecer, pero de crecer de forma consciente, de avanzar en una época en la que las redes sociales nos muestran un espejismo de la realidad a la vez que se presentan muy útiles en muchos sentidos.
El juez dio la razón a la presentadora Sara Solomando cuando denunció por injurias a un tuitero; la periodista de RTVE, Lara Siscar, se ha visto obligada a denunciar por segunda vez el acoso que sufre en las redes sociales. Vogue cerró a finales de enero su foro por los abusos e insultos que había estado recibiendo la influencer Lovely Pepa. Más reciente aún es el caso del coach del programa Cámbiame, Víctor Pelayo, que ha afirmado ser acosado a través de las redes.
Parece que el hecho de estar expuestos socialmente dé vía libre para ser blanco de todo tipo de comentarios, pero eso no puede ser así.
Por supuesto las redes sociales también su lado positivo: nos permiten estar más conectados que antes los unos con los otros. Son herramientas se que se han vuelto casi imprescindibles para muchas personas.
“Lo que sucede y se dice en las redes sociales de nosotros o de otras personas parece afectar a gran parte de nuestra sociedad actual. El hecho de estar mucho más conectados ahora que antes hace que tengamos mucha más interrelación con otras personas, tanto conocidas como desconocidas. El reto al que nos enfrentamos es poner un límite equilibrado que nos permita disfrutar de la era digital sin dejar de lado nuestro presente, nuestra cotidianeidad y sin ser esclavos de un mundo virtual al que le damos gran valor”, apunta Jordi Ferrer, instructor de mindfulness y fundador de la plataforma Crecer Consciente.
En una sociedad cada vez más estresante, de ritmos vertiginosos y cada vez más expuesta en las redes sociales con la presión que ello conlleva, llega un momento en el que parar es una necesidad. “El aumento de los casos de estrés ha llevado a muchas personas gente a buscar herramientas como el mindfulness para afrontarlo de una forma saludable”, señala Ferrer.
“Parece que hayamos perdido el sentido de nuestras vidas. Influenciados en gran medida por tendencias mostradas y seguidas a través de las redes sociales. En consecuencia hemos perdido la conciencia de quiénes somos en realidad”, señala el experto en esta técnica de relajación.
Este aumento del estrés y de la necesidad de estar permanentemente conectados está ligado con el incremento de las horas que pasamos con un dispositivo móvil en la mano. Y es que el último estudio sobre tendencias digitales a nivel global y redes sociales elaborado por las empresas Hootsuite y We Are Social aporta cifras muy llamativas. En España 39,4 millones de personas se conectan a internet. El móvil es el dispositivo más usado para hacerlo. La sociedad vive conectada digitalmente de forma constante y esto a veces puede tener consecuencias negativas.
En el estudio publicado se apuntaba que los españoles pasamos una media de 5 horas al día conectados a internet y1,38 horas conectados a las redes sociales. Unos datos que parecen ir incrementándose con el paso del tiempo.
Mindfulness, un oasis de crecimiento personal en el desierto social
¿Quién no ha publicado un día una foto tomando un maravilloso café en una tarde de sol espléndido rodeado de libros o niños mostrando el ideal de vida?¿Quién no lo ha hecho siendo mentira? ¿Quién no lo ha hecho mientras se ha vuelto loco o loca para lograr que los niños se quedasen quietos el tiempo justo para hacer la foto de postal?
Dice Ferrer que: “En muchos casos volcamos de forma encubierta en las redes sociales aquello que anhelamos en nuestro presente: una familia feliz, una pareja ideal, estar soltero/a es lo mejor, unas vacaciones felices… cuando realmente,detrás de ello, existe un gran vacío o frustración que pretende ser llenado por una vida virtual no existente en sí misma que nos genera malestar, tristeza, enfado y estrés”.
“Se ha notado un incremento de personas que demandan los servicios de crecimiento personal por medio del mindfulness. Buscan incorporar más calma en sus vidas, reducir estrés, equilibrar sus emociones y tener más conciencia sobre todo lo que les ocurre: en cómo se sienten, en sus necesidades reales y en tener más control personal sobre los pensamientos. Comprarse un helado u obtener más reconocimiento en el trabajo no es una necesidad real, por otro lado, cuidarse, descansar o pasar más tiempo con los hijos sí lo es”, comenta el experto. Hay personas que redescubren que pueden vivir a otro ritmo sin volcar sus necesidad de afecto en las redes sociales, aprenden a conocerse mejor aumentando así su nivel de felicidad y bienestar personal.
Si antes se mencionaba el índice de personas conectadas a cualquier app a través de un móvil, Jordi Ferrer muestra ahora otros datos basados en estudios propios: “el nivel de estrés es medio – alto en una encuesta realizada a 1.000 personas a las que se le preguntaba sobre su nivel de estrés y que nunca habían asistido a un curso de mindfulness”.
Los datos cambiaron radicalmente cuando el perfil de encuestados sí había participado en este tipo de formación: el 85% decía sentirse mejor y con una vida más equilibrada tras realizar el curso, mientras que el 92% afirmaban disponer de más herramientas para gestionar el estrés en su día a día.
El conocerse a uno mismo y regular las emociones es un proceso que lleva tiempo, lo que parece toda una contradicción en los tiempos en los que vivimos en los que el “lo quiero para ayer” es la regla que rige el día a día. “Por contradictorio que parezca el auge que vive el mindfulness es precisamente gracias a la rapidez con que las personas experimentan sus beneficios, en muchos casos desde el primer día”, apunta el experto en esta técnica.
4 pautas para vivir el presente y gestionar las redes sociales de forma más equilibrada
“Este proceso de autoconocimiento o ‘desestrés’ puede llegar a ser frustrante si no se hace de la mano de un profesional, pues las resistencias son precisamente las barreras que nos impiden avanzar. Un profesional o curso especializado puede ayudar a disolver o reencaminar dichas barreras”, afirma Ferrer.
Según el experto existen una serie de pautas que facilitan vivir más el presente y encontrar ese control tan ansiado por cada vez más personas. Ferrer ofrece a continuación cuatro propuestas:
1. Evita empezar el día condicionado por los mensajes de las redes sociales o emails. Cuando te levantes por la mañana, date un tiempo antes de consultar tu móvil; espera a asearte y desayunar para hacerlo.
2. Genera espacios de ‘oasis digital’ que equilibren la dependencia y estrés generado por estar constantemente pendiente del móvil. Puedes dejar el móvil en el bolso o en el bolsillo mientras comes, juegas con los hijos, estás con los amigos… se trata de vivir ese momento tal cual está sucediendo.
3. Realiza una parada al día para realizar 5 respiraciones conscientes. Esta pequeña práctica es especialmente recomendada y útil cuando uno se siente desbordado mental o emocionalmente.
4. Al finalizar el día, y con la intención de evitar ir a dormir con la energía generada por los sucesos y comentarios compartidos por las redes sociales o email, decide una hora en la cual poner tu dispositivo en modo avión o sin acceso a datos hasta el día siguiente. Por ejemplo, de 23.00 a 7.00.
El mindfulness ha llegado para quedarse. Según Jordi Ferrer “te da las técnicas esenciales para bajar las revoluciones mentales de una vida frenética que creemos controlar, pero la vida en sí misma es incontrolable, es una batalla perdida si la enfocamos desde ahí. Es por este motivo que el mindfulness y sus técnicas nos facilitan no darle tanto espacio a lo mental y su necesidad de controlar”.
Se trata de crecer, pero de crecer de forma consciente, de avanzar en una época en la que las redes sociales nos muestran un espejismo de la realidad a la vez que se presentan muy útiles en muchos sentidos.
Fuente: https://laflecha.net/como-desintoxicarnos-de-las%E2%80%8B-redes-sociales-a-traves-del-mindfulness/
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