ALZHEIMER

Daniel Ventura Herranz Periodista de Hard News en ElHuffPost
En España hay alrededor de 600.000 casos diagnosticados de Alzheimer. Ese número se habrá doblado en 2050. Si se suman las muertes provocadas por esta enfermedad y otros tipos de demencia, el número supera al de las que causan las enfermedades isquémicas de corazón, la primera causa de muerte en el país. El Alzheimer es la principal causa de gran dependencia, con un 88,67% de los casos y su impacto económico es enorme: más de 800.000 millones de euros en 2015.
"Si los costes de la demencia se compararan con una empresa, su valor en el mercado sería superior al de Apple (742.000 millones) o Google (368.000 millones de dólares)", señala el Dr. Alberto Villarejo. Él es, junto a los doctores Cristina Prieto, Miriam Eimil, Carlos López de Silanes y Marcos Llanero, uno de los responsables del informe sobre el Impacto Social de la Enfermedad de Alzheimer y otras Demencias, en el que se recogen las cifras que acabamos de citar.
Ha sido publicado por la Fundación del Cerebro y la Sociedad Española de Neurología (SEN) en coincidencia con el Día Mundial del Alzheimer y dibuja un triste panorama, en el que abunda Mario Riverol, portavoz de la SEN y neurólogo especialista en enfermedades neurodegenerativas: "Los números son estremecedores, pero es sólo la punta del iceberg. Nuestra población cada vez envejece más y el número de pacientes con este tipo de enfermedades va a aumentar sustancialmente. Es necesario tomar medidas para afrontar lo que está por venir".

Una acción urgente

El Informe tiene ése entre sus principales propósitos: mover a la acción, especialmente en lo político. "En ese ámbito", se lamenta Riverol, "se piensa muchas veces sólo en el corto plazo y eso es un error muy grave". Lo pagan, con sufrimiento, sudor y dinero, las familias: sobre ellas descansa el 87% de los gastos que genera la enfermedad.

"Esta enfermedad produce una gran dependencia y desgasta mucho a las familias", subraya el portavoz de la SEN. El paciente con enfermedad de Alzheimer requiere alrededor de 70 horas de cuidados, lo que genera una sobrecarga importante para los cuidadores. Más del 75% de ellos sufre estrés. La dolencia, pues, no sólo afecta a la calidad de vida del paciente, sino también a la de quienes le rodean y le cuidan.
Por eso, una de las medidas más urgentes a adoptar es la de reforzar la red asistencial. "Hay que poner esfuerzo y fondos en reforzar la red de apoyo a pacientes y a sus familias", reclama Riverol, quien pone de relieve el papel de las asociaciones. "Están jugando un rol muy importante que hay que valorar: ahora mismo son imprescindibles para muchas familias y cumplen un papel que la Administración no está atendiendo", incide.
Otro aspecto a mejorar es el de la concienciación social sobre esta dolencia neurodegenerativa. "Al igual que se ha planteado la educación poblacional en enfermedades como el infarto de miocardio o el ictus, para que se sepan detectar los signos de alerta, debería plantearse una estrategia", señala el doctor Riverol, "para que la sociedad sepa identificar los problemas de memoria y sobre todo, tenga un acceso fácil a los especialistas que ahora no existe".

La atención a las familias y la información a escala social deben ser dos de las partes de un Plan Nacional de Alzheimer que sea tan global como global es el impacto de la enfermedad en los pacientes y sus familias. "Ese plan ha de tener en cuenta la detección y el tratamiento adecuado para la enfermedad. Además, su naturaleza debe ser multidisciplinar e involucrar a familias, a centros de día, a especialistas y a médicos de atención primaria. Por supuesto, tiene que recoger también las ayudas que las familias necesitan para hacer frente al cuidado de un enfermo de Alzheimer", detalla el portavoz de la SEN. El Grupo Estatal de Demencias se ha propuesto como objetivo presentar ese Plan y aprobarlo en esta legislatura y ya se han dado los primeros pasos.

Algunas esperanzas

Una tercera parte de ese Plan tiene que ver con el diagnóstico temprano, una de las batallas que de momento se está perdiendo en España. "Las personas son mucho más conscientes del problema ahora que hace algunos años", reconoce Mario Riverol, pero "sigue ocurriendo que cuando los pacientes llegan a la consulta del especialista, lo hacen ya con un déficit cognitivo importante". Es necesario romper esa tendencia y la medicina dispone ya de las herramientas necesarias para ello.
El campo de la detección precoz, de hecho, es uno de los dos que permiten albergar esperanzas en la batalla contra el Alzheimer. El otro, con más cautelas, es el de los tratamientos. "Ahora, gracias a los marcadores biológicos de la enfermedad, somos capaces de poder ver, con técnicas de imagen, el amiloide y el TAU, que son las proteínas anormales que se depositan en el cerebro de los pacientes. Eso tiene un efecto importantísimo en el diagnóstico y además va a ayudarnos a comprender mejor cómo se desarrolla la enfermedad en el cerebro", explica el doctor.
Si la detección temprana de los signos del Alzheimer es tan importante es porque se trata de una enfermedad neurodegenerativa imparable y de efectos irreversibles. Hasta ahora. Existe un rayo de luz sobre los tratamientos y el doctor Riverol se detiene en él con cautela, consciente de lo difícil que es afrontar esperanzas frustradas.
SEIS HÁBITOS PARA TENER AL ALZHEIMER A RAYA
-Haz deporte: El ejercicio físico regular y no explosivo se asocia a un mantenimiento de la función cognitiva y a un retraso del comienzo de la Enfermedad de Alzheimer.
-Haz amigos: Mantener las conexiones sociales, fomentar sentimientos de autoeficacia y de autoestima y llevar a cabo otro tipo de actividades que conforman la denominada 'actividad social' se relacionan con el mantenimiento de la función cerebral.
-Usa el cerebro: Tareas como leer libros, asistir a conferencias, participar en juegos de mesa, entre otras, suponen un menor riesgo de deterioro cognitivo y de demencia, si se realizan con asiduidad.
-Cuida tu corazón: Factores como la hipertensión arterial, hipercolesterolemia, enfermedades cardíacas, tabaquismo y, sobre todo, la diabetes son cruciales en el deterioro mental asociado a la edad.
-Come bien: La dieta mediterránea se asocia a un menor riesgo de padecer la enfermedad, al incluir antioxidantes, vitamina C y E y omega 3. Además, diversos estudios revelan que la ingesta de pescado al menos una vez por semana produce una reducción del 60% del riesgo de Alzheimer. Por el contrario, el consumo elevado de grasas saturadas y de cobre incrementaría el deterioro cognitivo.
-Sé positivo: Se ha relacionado la propensión a la aflicción con la aceleración del deterioro cognitivo. Además, enfermedades mentales como la depresión, también se han asociado a la pérdida de neuronas en el hipocampo y en otras regiones cerebrales. Por lo tanto, hay que procurar ser felices.
"La investigación está llevando a cabo ensayos clínicos con fármacos que atacan el amiloide y el TAU. Creen que eliminar estas proteínas anormales del cerebro tiene una repercusión sobre el proceso neurodegenerativo de la enfermedad". Esas medicinas en potencia tratan de limpiar el cerebro de los enfermos de Alzheimer y, en ensayos pequeños, han mostrado que esa limpieza no sólo detiene el progreso de la enfermedad, sino que "lleva a una mejoría de los pacientes a nivel cognitivo".
La ilusión de Riverol al hablar de estas posibilidades es perceptible: "Si se comprueba que estos fármacos van bien en los estadíos iniciales de la enfermedad, estaríamos ante una revolución en el campo". Pero habrá que esperar todavía un poco: se encuentran en fase de experimentación. Para que esa revolución se consume, además, hace falta investigación, investigación y más investigación.
O, lo que es lo mismo, dinero. Ésa habrá de ser la cuarta parte fundamental, junto a la red asistencial, la educación poblacional y el diagnóstico temprano, del Plan Nacional de Alzheimer. En España, en este campo, hay mucho terreno que recuperar, según el portavoz de la SEN: "En España, el dinero que se da para investigación es pequeño comparado con otros países. A pesar de ello, de los escasos recursos con los que cuentan, los investigadores en España tienen una enorme valía y logran estudios de impacto. Hay que apoyar la investigación, porque sólo ella nos permite buscar soluciones", concluye.

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