Yokoi Kenji: "La disciplina, tarde o temprano, vencerá a la inteligencia".
Yokoi Kenji, "el chino del video", desarrolló una inolvidable exposición sobre los mitos y verdades acerca de la cultura japonesa, que "bloquean la mentalidad progresiva del latino".
El conferencista colombiano de orígen japonés, Yokoi Kenji expuso años atrás acerca de uno de los mitos que se ha creído por muchos años, que es que los japoneses son una raza superior y que son más inteligentes que los latinos. Ejemplificó en las costumbres colombianas, gran parte de la idiosincrasia de los latinoamericanos en general. Sin embargo, lo que él marca como la gran diferencia entre estas dos culturas, es el valor de la disciplina.
En japonés se dice: "desconocer una verdad, me hace esclavo de una mentira". O que conocer una verdad a medias es una mentira doble, o que "conoceréis la verdad y la verdad os hará libres". Hay muchas frases sobre la verdad. No se imaginan la cantidad de mitos y mentiras que el latinoamericano tiene sobre un país llamado Japón... y ese es mi trabajo en Latinoamérica. Desmantelar esos mitos que bloquean la mentalidad progresiva del latino.
Todos los días decimos mitos. Decimos "el Sol sale", pero el Sol no sale, nosotros damos vueltas alrededor del Sol que es diferente. "La ropa me queda pequeña", no, la ropa no le queda pequeña, usted está engordando, que es diferente. Yo crecí con un mito no muy dañino, esos no son dañinos. "-¿Usted es chino?, me dicen. -Chino no, japonés. China y Japón son diferentes en idioma, cultura, es distinto todo. -Ahhh -me dicen- ¿y habla chino?... -Japonés, porque soy japonés. -Ahh verdad, verdad, si, pero pelea como los chinos..."
En realidad lo que las personas siempre quieren preguntar es, cuando entran en confianza, niños y adultos. -¿Usted sí come rata o no come rata?... Yo no sé cuantas veces respondí "yo no como rata, no como rata, no como rata..."
Cuando llegué a Japón a los 10 años, me sentí libre de esta pregunta pero los niños en la escuela me rodearon y me dijeron: "-qué diferente no? ¿de dónde vienes?. -Vengo de Colombia. -Sí, sus rasgos son diferentes, y ¿Colombia dónde queda?. -En Sudamérica, al lado de Brasil. -¿Brasil? o sea Amazonas... -Bueno, sí, Colombia tiene gran parte del río Amazonas. -¿Y usted viene del sector del río Amazonas?. -Sí, respondí. Y entonces me hicieron la gran pregunta: "entonces usted come culebra!".
Ahí me dí cuenta que toda la vida estaría respondiendo ese tipo de preguntas. Por alguna razón aquí como rata y allá como culebra. Pero el japonés no come rata, eso es falso, es un mito. El chino tampoco, el chino come cosas más raras pero rata no. En Colombia la culebra no es un plato típico, sin embargo son los mitos que hay, pero repito, no hacen daño a la mentalidad. Hay unos que sí hacen daño y es mi trabajo, mi deber y mi pasión acabar con esos mitos.
Si alguna vez lo ha escuchado como jóven estudiante, hay un mito con el cual yo crecí traumatizado: "los japoneses son inteligentes".
Imagínense yo, mi abuelo por parte de mamá, colombiano me decía: "-m' ijo, a usted se lo llevan para Japón. -Sí abuelito. -Esa es una raza "superior", son inteligentes..." y me mostraba un radio Sony viejo "-eso lo hacen allá". Yo llegué a escuchar maestros que decían "a los japoneses les dan cables, circuitos y hacen radios en el pupitre". Y una presión terrible porque muchos me miraban... "-¿japonés?, -sí, japonés. -Debe ser muy inteligente usted, no?, porque son inteligentes, todo viene de allá." Y yo comencé a estresarme y ponía buena cara pero por dentro decía "Dios mío, ya me va mal en Colombia, cómo me irá por allá... Enfrentar a una raza superior que hacen calculadoras, radios... en el pupitre!".
Así que llegué muy estresado a Japón a los 10 años, muy preocupado en mi primer día de clase, nunca lo olvido. Estaba sentado en la silla de atrás, como todo novato, analizando, mirando. Y me comenzó a inundar un sentimiento de alegría, porque gritaban igual, saltaban igual, se empujaban igual, se reían igual, en japonés pero era igual. Parecían hasta los mismos niños de Colombia. Lo que marcó la diferencia allí fue cuando entró el maestro. El maestro entró y todos salieron corriendo como que hubieran visto un fantasma, alinearon sus pupitres, se sentaron. Uno de los jóvenes dijo "-de pie, rectos. -Buenos días. -Buenos días, respondieron. -Siéntense", se sentaron. De ahí en adelante todo el tiempo escucharon y escribieron. Nadie hablaba con el de al lado. Había un silencio rotundo en la primaria. Todos escuchando al maestro y en ningún momento ví al maestro esforzarse en decir "escuchen, miren aquí, escriban, abran el cuaderno...", todo lo hacían sin que les dijeran. Se fue el maestro, entró otro, ellos molestaron, gritaron pero cuando entró el siguiente maestro una vez más el protocolo y otra vez atentos.
Yo comencé a asustarme mucho porque yo dije "¿cómo hacen para que se porten tan bien si son niños?". Debe ser que en Japón hay cámaras y los torturan al final del pasillo al que se porte mal. Pero no. Ni había cámaras ni los torturan. Sencillamente el japonés tiene una frase que dice así: "la disciplina, tarde o temprano, vencerá a la inteligencia". No les interesa ser inteligentes, sino disciplinados, porque es en la disciplina donde según ellos está el éxito.
La prueba de que lo que estoy diciendo es verdad, es que los japoneses no se inventaron los carros, ni las motos, ni los computadores, ni las radios ni las calculadoras. Pero quienes son los dueños de Toyota, Susuki, Kawasaki, Yamaha, Nissan, Mitsubishi, Sony Vaio, Toshiba, Hitachi y etc... los japoneses.
Todo lo que llegaba a las manos de los japoneses, no por su ingenio -no lo creaban, llegaba a ellos- lo mejoraban gracias a su disciplina, porque es un pueblo disciplinado a muerte. La disciplina para ellos es el secreto del éxito.
Un japonés jamás llega tarde a una cita. Si usted le dice que es a las seis, es a las seis, si es a las siete es a las siete. Nunca falla y si va a fallar le avisa dos días antes: "creo que voy a llegar 15 minutos tarde pasado mañana". Es exactamente así. Para ellos el tiempo es honorable y no importa ser inteligente, importa ser disciplinado en el tiempo, porque tarde o temprano la disciplina vencerá a la inteligencia.
El colombiano sí es inteligente. He estado en catorce países y me gusta, me deleito hablar sobre los colombianos, cómo les va, qué están haciendo, en qué trabajo, cómo se portan, caen bien? El colombiano tiene algo, que donde llega -como decimos- pega, gusta, se da a querer, dice lo que las personas quieren oir, se acopla al sistema, al idioma, se acopla hasta al clima. Se aprende el formato del país y es una persona innovadora, no le gusta quedarse en un solo lugar, crece, se inventa, tiene una frase como "si no lo sabemos, nos lo inventamos", pero no nos quedamos en el mismo lugar, crecemos.
El colombiano sí es inteligente. Un japonés espera o se lleva una, dos o tres horas para tomar una decisión, es muy indeciso, es muy inseguro. El colombiano se arriesga, lo hace. Yo acostumbro a decir fuera del país que si usted le dice a un colombiano: "colombiano, venga, súbase allá. Sabe qué dice? ¿Pa' qué o por qué? Pero formúlelo de otra manera... "-colombiano, usted no es capaz de subirse allá. -¿que no??? espere y verá!" el problema es para bajarlo de allá! No rete a un colombiano porque hace cualquier cosa con tal de probar cualquier bovada porque lo retaron. El colombiano se inventa cosas, se ingenia cosas. Es una persona inteligente, el japonés no. Ahora, ¿disciplinados? mejor ni hablemos de eso. Si aquí tenemos una cita a las 6, nos vemos a las... 7, o el lunes... "-qué hubo, usted fue a la cita? -no. -yo tampoco", por eso nos amamos, nos queremos (risas).
Y si la frase dice que la disciplina tarde o temprano vencerá a la inteligencia, yo le aseguro que la falta de disciplina, por más talento que usted tenga, en algún momento, le va a hacer perder las mejores oportunidades de su vida. No se trata de que usted las tome, sí, las agarre, entienda todo muy bien, se trata de personas disciplinadas, porque según el pensamiento japonés, es en la disciplina donde está el éxito.
Yo sufro hasta hoy con el tema de que los japoneses son inteligentes. Todavía me dicen: "-usted es...." y yo por dentro "chino no, japonés.... -japonés!" Yo, "-sí japonés. -Ahh, arrégleme el televisor, mire que es Sony. -No, yo no se nada de eso, no".
No es verdad, el latino es inteligente pero el tema de la disciplina está acabando desde nuestros niños hasta nuestros adultos, para no hablar de títulos.
La disciplina es muy importante y necesaria en el éxito de una nación. Palabras que no logro hacer la traducción al japonés. "En un segundo llego". Yo le puedo decir a un amigo por teléfono en Japón, "espéreme, en un segundo llego". Si yo le digo eso, literalmente mi amigo va a estar esperando ese segundo. Para que llegue en un segundo, tiene que ser que está cayendo de un edificio. "Ya estoy ahí, ya estoy ahí", si ya está, ya está, o usted está muerto o yo estoy muerto o no nos vemos. "Ya estoy ahí" no puede ser. Y así le llamemos fuerza de expresión, en "un segundo llego" puede significar "me faltan 14 semáforos", "me estoy bañando todavía", "la verdad no quiero ir, tal vez no vaya"... De alguna otra manera no hemos entendio que no es sólo tener talento, sino la disciplina lo que nos puede llevar al éxito.
El secreto del éxito está en la disciplina.
¿Los Japoneses son más Inteligentes?
Transcripción de la ponencia de Yokoi KenjiEn japonés se dice: "desconocer una verdad, me hace esclavo de una mentira". O que conocer una verdad a medias es una mentira doble, o que "conoceréis la verdad y la verdad os hará libres". Hay muchas frases sobre la verdad. No se imaginan la cantidad de mitos y mentiras que el latinoamericano tiene sobre un país llamado Japón... y ese es mi trabajo en Latinoamérica. Desmantelar esos mitos que bloquean la mentalidad progresiva del latino.
Todos los días decimos mitos. Decimos "el Sol sale", pero el Sol no sale, nosotros damos vueltas alrededor del Sol que es diferente. "La ropa me queda pequeña", no, la ropa no le queda pequeña, usted está engordando, que es diferente. Yo crecí con un mito no muy dañino, esos no son dañinos. "-¿Usted es chino?, me dicen. -Chino no, japonés. China y Japón son diferentes en idioma, cultura, es distinto todo. -Ahhh -me dicen- ¿y habla chino?... -Japonés, porque soy japonés. -Ahh verdad, verdad, si, pero pelea como los chinos..."
En realidad lo que las personas siempre quieren preguntar es, cuando entran en confianza, niños y adultos. -¿Usted sí come rata o no come rata?... Yo no sé cuantas veces respondí "yo no como rata, no como rata, no como rata..."
Cuando llegué a Japón a los 10 años, me sentí libre de esta pregunta pero los niños en la escuela me rodearon y me dijeron: "-qué diferente no? ¿de dónde vienes?. -Vengo de Colombia. -Sí, sus rasgos son diferentes, y ¿Colombia dónde queda?. -En Sudamérica, al lado de Brasil. -¿Brasil? o sea Amazonas... -Bueno, sí, Colombia tiene gran parte del río Amazonas. -¿Y usted viene del sector del río Amazonas?. -Sí, respondí. Y entonces me hicieron la gran pregunta: "entonces usted come culebra!".
Ahí me dí cuenta que toda la vida estaría respondiendo ese tipo de preguntas. Por alguna razón aquí como rata y allá como culebra. Pero el japonés no come rata, eso es falso, es un mito. El chino tampoco, el chino come cosas más raras pero rata no. En Colombia la culebra no es un plato típico, sin embargo son los mitos que hay, pero repito, no hacen daño a la mentalidad. Hay unos que sí hacen daño y es mi trabajo, mi deber y mi pasión acabar con esos mitos.
Si alguna vez lo ha escuchado como jóven estudiante, hay un mito con el cual yo crecí traumatizado: "los japoneses son inteligentes".
Imagínense yo, mi abuelo por parte de mamá, colombiano me decía: "-m' ijo, a usted se lo llevan para Japón. -Sí abuelito. -Esa es una raza "superior", son inteligentes..." y me mostraba un radio Sony viejo "-eso lo hacen allá". Yo llegué a escuchar maestros que decían "a los japoneses les dan cables, circuitos y hacen radios en el pupitre". Y una presión terrible porque muchos me miraban... "-¿japonés?, -sí, japonés. -Debe ser muy inteligente usted, no?, porque son inteligentes, todo viene de allá." Y yo comencé a estresarme y ponía buena cara pero por dentro decía "Dios mío, ya me va mal en Colombia, cómo me irá por allá... Enfrentar a una raza superior que hacen calculadoras, radios... en el pupitre!".
Así que llegué muy estresado a Japón a los 10 años, muy preocupado en mi primer día de clase, nunca lo olvido. Estaba sentado en la silla de atrás, como todo novato, analizando, mirando. Y me comenzó a inundar un sentimiento de alegría, porque gritaban igual, saltaban igual, se empujaban igual, se reían igual, en japonés pero era igual. Parecían hasta los mismos niños de Colombia. Lo que marcó la diferencia allí fue cuando entró el maestro. El maestro entró y todos salieron corriendo como que hubieran visto un fantasma, alinearon sus pupitres, se sentaron. Uno de los jóvenes dijo "-de pie, rectos. -Buenos días. -Buenos días, respondieron. -Siéntense", se sentaron. De ahí en adelante todo el tiempo escucharon y escribieron. Nadie hablaba con el de al lado. Había un silencio rotundo en la primaria. Todos escuchando al maestro y en ningún momento ví al maestro esforzarse en decir "escuchen, miren aquí, escriban, abran el cuaderno...", todo lo hacían sin que les dijeran. Se fue el maestro, entró otro, ellos molestaron, gritaron pero cuando entró el siguiente maestro una vez más el protocolo y otra vez atentos.
Yo comencé a asustarme mucho porque yo dije "¿cómo hacen para que se porten tan bien si son niños?". Debe ser que en Japón hay cámaras y los torturan al final del pasillo al que se porte mal. Pero no. Ni había cámaras ni los torturan. Sencillamente el japonés tiene una frase que dice así: "la disciplina, tarde o temprano, vencerá a la inteligencia". No les interesa ser inteligentes, sino disciplinados, porque es en la disciplina donde según ellos está el éxito.
La prueba de que lo que estoy diciendo es verdad, es que los japoneses no se inventaron los carros, ni las motos, ni los computadores, ni las radios ni las calculadoras. Pero quienes son los dueños de Toyota, Susuki, Kawasaki, Yamaha, Nissan, Mitsubishi, Sony Vaio, Toshiba, Hitachi y etc... los japoneses.
Todo lo que llegaba a las manos de los japoneses, no por su ingenio -no lo creaban, llegaba a ellos- lo mejoraban gracias a su disciplina, porque es un pueblo disciplinado a muerte. La disciplina para ellos es el secreto del éxito.
Un japonés jamás llega tarde a una cita. Si usted le dice que es a las seis, es a las seis, si es a las siete es a las siete. Nunca falla y si va a fallar le avisa dos días antes: "creo que voy a llegar 15 minutos tarde pasado mañana". Es exactamente así. Para ellos el tiempo es honorable y no importa ser inteligente, importa ser disciplinado en el tiempo, porque tarde o temprano la disciplina vencerá a la inteligencia.
El colombiano sí es inteligente. He estado en catorce países y me gusta, me deleito hablar sobre los colombianos, cómo les va, qué están haciendo, en qué trabajo, cómo se portan, caen bien? El colombiano tiene algo, que donde llega -como decimos- pega, gusta, se da a querer, dice lo que las personas quieren oir, se acopla al sistema, al idioma, se acopla hasta al clima. Se aprende el formato del país y es una persona innovadora, no le gusta quedarse en un solo lugar, crece, se inventa, tiene una frase como "si no lo sabemos, nos lo inventamos", pero no nos quedamos en el mismo lugar, crecemos.
El colombiano sí es inteligente. Un japonés espera o se lleva una, dos o tres horas para tomar una decisión, es muy indeciso, es muy inseguro. El colombiano se arriesga, lo hace. Yo acostumbro a decir fuera del país que si usted le dice a un colombiano: "colombiano, venga, súbase allá. Sabe qué dice? ¿Pa' qué o por qué? Pero formúlelo de otra manera... "-colombiano, usted no es capaz de subirse allá. -¿que no??? espere y verá!" el problema es para bajarlo de allá! No rete a un colombiano porque hace cualquier cosa con tal de probar cualquier bovada porque lo retaron. El colombiano se inventa cosas, se ingenia cosas. Es una persona inteligente, el japonés no. Ahora, ¿disciplinados? mejor ni hablemos de eso. Si aquí tenemos una cita a las 6, nos vemos a las... 7, o el lunes... "-qué hubo, usted fue a la cita? -no. -yo tampoco", por eso nos amamos, nos queremos (risas).
Y si la frase dice que la disciplina tarde o temprano vencerá a la inteligencia, yo le aseguro que la falta de disciplina, por más talento que usted tenga, en algún momento, le va a hacer perder las mejores oportunidades de su vida. No se trata de que usted las tome, sí, las agarre, entienda todo muy bien, se trata de personas disciplinadas, porque según el pensamiento japonés, es en la disciplina donde está el éxito.
Yo sufro hasta hoy con el tema de que los japoneses son inteligentes. Todavía me dicen: "-usted es...." y yo por dentro "chino no, japonés.... -japonés!" Yo, "-sí japonés. -Ahh, arrégleme el televisor, mire que es Sony. -No, yo no se nada de eso, no".
No es verdad, el latino es inteligente pero el tema de la disciplina está acabando desde nuestros niños hasta nuestros adultos, para no hablar de títulos.
La disciplina es muy importante y necesaria en el éxito de una nación. Palabras que no logro hacer la traducción al japonés. "En un segundo llego". Yo le puedo decir a un amigo por teléfono en Japón, "espéreme, en un segundo llego". Si yo le digo eso, literalmente mi amigo va a estar esperando ese segundo. Para que llegue en un segundo, tiene que ser que está cayendo de un edificio. "Ya estoy ahí, ya estoy ahí", si ya está, ya está, o usted está muerto o yo estoy muerto o no nos vemos. "Ya estoy ahí" no puede ser. Y así le llamemos fuerza de expresión, en "un segundo llego" puede significar "me faltan 14 semáforos", "me estoy bañando todavía", "la verdad no quiero ir, tal vez no vaya"... De alguna otra manera no hemos entendio que no es sólo tener talento, sino la disciplina lo que nos puede llevar al éxito.
El secreto del éxito está en la disciplina.
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